Recibir el año nuevo es grandioso.
Prepararse psicológicamente para ello, creo que debería ser motivo y tema para re-conocer como hacerlo y no farrearse las energías que emanan del colectivo, que por una única vez, se une en el motivo más democrático y Universal que tenemos.
El año nuevo, que puede variar según calendarios y culturas, puede ser una oportunidad quizás la más potente, de recibir de manera tangible, energías suficientes para “despegarnos” de todo lo que tiene que irse y acercarnos a todo lo que realmente amamos.
La clave, ser receptivo al sonido que nos convoca a abrirnos, a recibir, la letra A, el Aleph hebreo, el Amén cristiano, el Aum hindú….y tantos más….la unión de las manos, los cerebros, el centro, el corazón… nada de mente, de pensamiento, de acción; algo en nosotros se detiene por un instante, reverentes, sin que nada nos condicione... creamos un vacío interno, todos….libremente…
Sonido que surge así naturalmente de los corazones que despiden lo viejo y reciben lo nuevo; el alfa y omega, que expectantes, receptivos, esperanzados, todos lo vivimos de pie, como si algo llegara realmente a nosotros y lo saludamos…
Es la fiesta más grande de saludo de lo “intangible”, lo imaginario, que se reconoce y asume; la energía de lo viejo y de LO NUEVO…
Celebrar el Año Nuevo en el borde costero central de Chile, incluye Valparaíso, pasando por Viña del Mar, hasta el balneario de Con-Con; evento pirotécnico apoyado en la naturaleza, lo que refuerza el carácter “numinoso” o SAGRADO de esta celebración, sin darnos cuenta...lo que resulta un crimen perdérsela, o robársela como experiencia…
El mar, los fuegos artificiales, la gente, crean el más espectacular entorno, al sentimiento mas potente del ser, uniéndose de manera majestuosa…en gratuidad; todos los tiempos y su anulación por un segundo; las mil y una noches y días juntos, todos los soles, lunas y estrellas, estallan sobre nuestras cabezas bañándonos; niños, adultos y ancianos, hombres y mujeres se olvidan por un instante de quienes son…en un grito, murmullo, silencio... para recordar quizás todo...
Oportunidad única y maravillosa de VIVIR al menos, una vez al año…
Bendiciones infinitas!
Eleonora
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